“Siento que perdí el deseo”.
“Ya no tengo ganas como antes”.
“Será la edad, las hormonas, la rutina, el estrés, no sé…”
Si tuviera una moneda cada vez que escuché esta frase, tendría una colección de lencería más grande que la de Wolffia. Pero no, querida: no estás rota. Estás desconectada.
Y eso, aunque no parezca, tiene solución.
¿Qué pasa con el deseo?
El deseo femenino no es una luz de “on/off”. Es más bien una llama que se enciende con tiempo, contexto y cuidado, nuestro erotismo necesita contexto, conexión y espacio propio.
Y spoiler: el deseo no se apaga porque sí. Se desconecta cuando no se lo escucha.
Cuando dejamos de priorizarnos, de tocarnos, de pensarnos deseables, de jugar... el cuerpo se protege. Pero no se apaga.
Reconectar es volver al cuerpo (sin juicio)
¿Qué podés hacer?
- Escuchá a tu cuerpo sin apurarlo. El deseo no es un deber, es un permiso.
- Probá con pequeños rituales sensuales: una ducha larga, música erótica, lencería que te guste, aunque no haya “plan”.
- No esperes tener ganas para empezar: muchas veces el deseo aparece después de que empezamos a mimarnos.
Y si te cuesta sola, pedí ayuda. A una terapeuta, a una sexóloga, a vos misma frente al espejo.
Porque el deseo no se pierde. A veces solo se esconde. Y cuando lo encontramos… 🔥
Nos merecemos una sexualidad viva, real y divertida. Y Wolffia es parte de ese camino.